Las entradas cuestan 33€, nosotras aprovechamos una oferta de Groupon y nos costaron 19,60€. No soy muy amiga de este tipo de páginas, si os ponéis a investigar un poco descubriréis todo lo que hay detrás... pero bueno, no es esa la finalidad de este post ni de este blog...
Como os he dicho me hacía especial ilusión ir a El Molino, era mi primera vez allí, aunque su fachada, sus luces y sus aspas girando, forman parte del paisaje de Barcelona y de mi infancia... Me hubiera encantado conocerlo en su etapa de máximo esplendor, pero después de estar cerrado de 1997 hasta el 2010, lo importante es que siga en marcha y poder disfrutar de este lugar único... Porque El Molino tiene 114 años de historia ¡se dice pronto!
Para saber más cosas de su historia lo mejor es visitar su página web: www.elmolinobcn.com
Además hasta el 24 de febrero se puede visitar la exposición "El Paralelo, 1894-1939. Barcelona y el espectáculo de la modernidad" www.cccb.org/es/exposicio-el_paralelo_1894_1939-41040
Todavía no he visto la exposición, pero tiene buena pinta!
Nada más entrar te espera en la puerta Merche Mar la vedette que lleva desde 1965 sobre las tablas de El Molino; saluda a los espectadores que van entrando y hace también de acomodadora, todo muy cercano, los bailarines y bailarinas paseando por el patio de butacas y el escenario. Me encanta esa cercanía y que el espectáculo empiece cuando el público está entrando. Aquí debo añadir, que me sorprendió lo pequeñísimo del local y también decir que la remodelación lo ha convertido en un teatro-cabaret-music hall moderno, pero ha perdido esa decoración antigua esos palcos y esos dorados, ahora es más parecido a una discoteca que a un teatro...
El espectáculo que vimos es entretenido, números de baile, juego con el público de la anfitriona, Merche Mar, y del duo Shimai y un precioso número de flamenco de Amador Rojas, pero en mi opinión le falta transgresión...
Es cierto que hoy en día (¡y menos mal!) este tipo de espectáculos ya no tienen que jugar con la censura, pero por otro lado era esta censura la que les daba vida; también la sociedad ha madurado, por suerte, y aunque todavía quedan sitios donde el ver a dos travestid@s en el escenario contando chistes sea lo más rompedor que existe, para muchas de nosotras no deja de ser más de lo mismo...
Con esto no quiero criticar el trabajo de estas personas que se suben todos los días a un escenario para hacernos pasar un rato divertido, porque es algo estupendo, sino sugerir un nuevo concepto de espectáculo, para no caer en lugares comunes, se puede seguir siendo transgresor hoy en día, tenéis un espacio maravilloso para hacerlo ¡aprovechadlo!
Penny
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